El Agile Coach es el profesional experto en esta metodología que se encargará de dar apoyo al resto de miembros del equipo, asegurándose de que no encuentran problemas para llevar a cabo sus tareas. Su principal función será asesorar y formar a los diferentes profesionales incluidos en el proyecto para que trabajen de forma auto-organizada y con responsabilidad con el equipo. La metodología agile surgió en el desarrollo de software hace dos décadas ante la necesidad de lanzar productos de una manera más rápida y eficaz, manteniendo la calidad, dividiendo el proyecto en pequeñas partes que se entregan en plazos cortos, llamados sprints. Por tanto, es especialmente relevante en aquellos proyectos que impliquen transformación digital aunque es perfectamente aplicable a cualquier tipo de proyecto, por ejemplo consultoría o ingeniería. Este profesional deberá estar muy enfocado a la consecución de objetivos, tanto los específicos de cada proyecto como las metas generales de la organización para diseñar y desarrollar las prácticas agile de manera eficaz para conseguir dichos objetivos. Por último, es crucial que cuente con buenas dotes comunicativas ya que deberá gestionar equipos y mediar entre ellos cuando sea preciso.
Allied Market Research publicó en un informe que la introducción de las metodologías ágiles en el mercado valía cerca de 5 mil millones de dólares en 2018 y alcanzará los 18 mil millones en 2026, con un crecimiento anual del 18% aproximadamente. Un gran ejemplo de la implementación de esta metodología es Google, que cuenta con 15.000 desarrolladores de software trabajando en una rama del código y que lanzan cambios varias veces al día, realizando 75 millones de tests diariamente. Otro caso de éxito es Spotify, que se ha adaptado perfectamente al crecimiento de las metodologías ágiles. Este gran avance les permitió competir contra otras grandes corporaciones de su sector con éxito. Este cambio de paradigma requerirá de profesionales expertos en este tipo de metodologías para su implantación y la gestión de proyectos que la utilicen.
El término ‘agile’ no se refiere solo a una metodología para el desarrollo de proyectos con una gran rapidez y flexibilidad, sino que también supone una filosofía que incluye una forma diferente de trabajo y organización. Una de las características de estas metodologías es que cada proyecto se trocea en pequeñas secciones que han de entregarse de manera más o menos rápida. Las principales ventajas del desarrollo agile son el aumento en la calidad de los proyectos ya que se minimizan los errores y se mejora la experiencia de los clientes al tiempo que se obtiene un mayor compromiso de los empleados que se traduce en conciencia de equipo, rapidez y flexibilidad. También acorta los ciclos de producción y minimiza el tiempo de reacción y toma de decisiones, así como incrementa significativamente la productividad gracias a la asignación óptima de recursos y priorización de las necesidades de la empresa. Estos beneficios son cruciales actualmente para afrontar los constantes cambios en el mundo de los negocios y la tecnología. Y, por tanto, estas metodologías están tomando cada vez más importancia en el desarrollo de proyectos.
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